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La Semana Santa en Quito, Ecuador, es una celebración de gran importancia y significado religioso para la comunidad católica donde la fe, la tradición y la comunidad se unen en una celebración única y conmovedora. Durante esta semana, la ciudad se llena de eventos religiosos, procesiones, y tradiciones arraigadas que atraen a fieles locales y turistas de todo el mundo.
Viernes Santo: Procesión de Jesús del Gran Poder
En la Semana Santa ecuatoriana una de las procesiones más famosas es la procesión de Jesús del Gran Poder, es considerada la celebración religiosa más importante de la ciudad de Quito la cual tuvimos la oportunidad de poder presencial. Nosotros llegamos a Quito el Jueves Santo tarde en la noche y no pudimos presencial la procesión del Silencio. El viernes temprano nos dirigimos caminando desde el hotel hasta el Centro Histórico de Quito. Ya temprano, la multitud se van sentando en las aceras para esperar la procesión.
Esta procesión se realiza desde 1961, inicialmente por la iniciativa del sacerdote Francisco Fernández y se continúa realizado anualmente en Viernes Santo para recordar la muerte de Jesús. El recorrido, comienza al mediodía, en la iglesia de San Francisco, una de las joyas arquitectónicas del Centro Histórico de Quito y atraviesa las calles del Centro Histórico de sur a norte para luego regresar.
La devoción y la intensidad de la celebración religiosa realmente deja una impresión duradera en aquellos que la presenciamos por primera vez. Los Cucuruchos y las Verónicas, son los personajes tradicionales que acompañan a Jesús del Gran Poder y a la Virgen Dolorosa en este recorrido.
La combinación de la multitud reunida, los miles de cucuruchos con sus túnicas moradas y capirotes, así como el sacrificio evidente de aquellos que caminan descalzos bajo la lluvia y algunos llevan ortigas que es una hierba venenosa en las manos. Los cucuruchos que me dejaron atónita fueron los que llevan cruces de cactus en la espalda como se aprecia en la foto, es una imagen que seguramente quedará grabada en mi memoria para siempre.
Sin duda, asistir temprano para encontrar una buena localización y mentalizarse para estar rodeado de una multitud de personas es importante para poder disfrutar plenamente de la procesión. Es interesante notar cómo los vendedores ambulantes aprovechan la ocasión para ofrecer dulces y otros productos, incluso capas para la lluvia, lo cual puede ser útil considerando las condiciones climáticas que pueden presentarse durante el evento. Estas pequeñas interacciones agregan un elemento adicional a la experiencia, permitiendo a los asistentes involucrarse aún más con la atmósfera única de esta celebración.
La procesión de Jesús del Gran Poder es una oportunidad para que tanto los Quiteños como los visitantes de otras partes del país y del mundo se unan en una experiencia única. Esta procesión ha sido un símbolo de la fe y la devoción de la comunidad católica ecuatoriana. Más allá de su significado religioso, este evento también es una expresión cultural y patrimonial que refleja la identidad y la historia de Quito.